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Día litúrgico: Domingo XXVI (A) del tiempo ordinario
Comentario: REDACCIÓN evangeli.net (elaborado a partir de textos de Benedicto XVI) (Città del Vaticano, Vaticano)
Conversión: el hombre acepta depender del verdadero Creador
Hoy, meditando la reacción del segundo hermano, notamos que "conversión" significa más que una simple rectificación; conlleva un alcance más profundo: el hombre renuncia a ser su propio creador (no es el arquitecto de su propia vida), y acepta depender del verdadero Creador; acepta que en esta dependencia consiste la verdadera libertad y que la libertad de la autonomía que pretende emanciparnos del Creador no es verdadera libertad, sino ilusión y engaño.
"Convertirse" quiere decir: aceptar los sufrimientos de la vedad. La conversión exige que la verdad, la fe y el amor lleguen a ser más importantes que nuestra vida biológica, que el bienestar, el éxito, el prestigio y tranquilidad de nuestra existencia. El prestigio, la tranquilidad y la comodidad son los falsos dioses que más impiden la verdad y el progreso en la vida personal y social.
—Señor, cuando acepto esta primacía de la verdad estoy cargando con mi cruz y participo en la cultura del amor, que es la cultura de la cruz.