domingo, 24 de julio de 2011

Master·evangeli.net

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Día litúrgico: Domingo XVII (A) del tiempo ordinario

Texto del Evangelio (Mt 13,44-52): En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente: «El Reino de los Cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo que, al encontrarlo un hombre, vuelve a esconderlo y, por la alegría que le da, va, vende todo lo que tiene y compra el campo aquel. También es semejante el Reino de los Cielos a un mercader que anda buscando perlas finas, y que, al encontrar una perla de gran valor, va, vende todo lo que tiene y la compra (…)».

Comentario: Rev. D. Enric CASES i Martín (Barcelona, España)

Parábolas del "tesoro" y la "perla" (el Reino de Dios)

Hoy, Mateo pone ante nuestra consideración dos parábolas sobre el Reino de los Cielos. El anuncio del Reino es esencial en la predicación de Jesús. Pero la naturaleza de ese Reino no era entendida por la mayoría. Sólo se encuentra una comprensión como la que Jesús pide en el buen ladrón, clavado junto a Él en la Cruz, cuando reconoce a Jesús como Rey de un Reino que vendrá después de aquella terrible muerte. Sólo podía ser un Reino espiritual.

Jesús habla del Reino como de un tesoro escondido, cuyo hallazgo causa alegría y estimula a la compra del campo para poder gozar de él para siempre. Pero, al mismo tiempo, alcanzar el Reino requiere buscarlo con interés y esfuerzo, hasta el punto de vender todo lo que uno posee: la perla que adquiere el que lo ha dado todo y ha aceptado perderlo todo.

—El Reino es paz, amor, justicia y libertad. Alcanzarlo es, a la vez, don de Dios y responsabilidad humana.