martes, 29 de noviembre de 2011

Master·evangeli.net

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Día litúrgico: Martes I de Adviento

Texto del Evangelio (Lc 10,21-24): En aquel momento, se llenó de gozo Jesús en el Espíritu Santo, y dijo: «Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra (…)». Volviéndose a los discípulos, les dijo aparte: «¡Dichosos los ojos que ven lo que veis! (…)».

Comentario: REDACCIÓN evangeli.net (elaborado a partir de textos de Benedicto XVI) (Città del Vaticano, Vaticano)

La importancia de la historia en la fe cristiana

Hoy asistimos a la oración de Jesús en comunión con el Padre y el Espíritu Santo. Jesucristo toma a sus discípulos como testigos. Para la fe bíblica es fundamental referirse a hechos históricos reales. Ella no cuenta leyendas como símbolos de verdades que van más allá de la historia, sino que se basa en la historia ocurrida en esta tierra. El "factum historicum" no es para ella una clave simbólica que se pueda sustituir, sino un fundamento constitutivo.

"Et incarnatus est": con estas palabras profesamos la entrada efectiva de Dios en la historia real. Si obviamos esta historia, la fe cristiana como tal queda eliminada y transformada en "otra" religión. Así, si la historia (lo fáctico) forma parte esencial de la fe cristiana, ésta debe asumir el "método histórico" para su interpretación. La fe misma lo exige: el "método histórico-crítico" es indispensable (aunque no suficiente) a partir de la estructura de la fe cristiana.

—Jesús, re-conozco tu encarnación como hecho histórico y, a la vez, confieso que eres Dios.