domingo, 9 de octubre de 2011

Master·evangeli.net

Master·evangeli.net

Día litúrgico: Domingo XXVIII (A) del tiempo ordinario

Texto del Evangelio (Mt 22,1-14): En aquel tiempo, tomando Jesús de nuevo la palabra les habló en parábolas, diciendo: «El Reino de los Cielos es semejante a un rey que celebró el banquete de bodas de su hijo. Envió sus siervos a llamar a los invitados a la boda (…). Pero ellos, sin hacer caso, se fueron el uno a su campo, el otro a su negocio (…)».

Comentario: REDACCIÓN evangeli.net (elaborado a partir de textos de Benedicto XVI) (Città del Vaticano, Vaticano)

Tiempo para Dios

Hoy, en "nuestros tiempos", la medicina ha alargado el tiempo del hombre: éste tiene ahora más tiempo. ¿Pero de verdad tenemos tiempo? He aquí la gran cuestión: ¿O nos tiene el tiempo a nosotros? La mayoría, en todo caso, no tiene tiempo para Dios, necesita su tiempo para sí: para su campo, para las nuevas yuntas de sus bueyes, para sus negocios…

¿Pero realmente tenemos el tiempo para nosotros mismos? ¿No andamos más bien escasos? ¿Quién tiene a quién: el hombre al tiempo, o el tiempo al hombre? Porque, en realidad, ¿no vivimos pasando de largo delante de nosotros mismos? ¿Acaso no es el verdadero tiempo del hombre aquel tiempo que él tiene para Dios? Jesucristo tuvo tiempo para su Padre-Dios, y en Él, ahora Dios tiene tiempo. ¿No deberíamos intentar —una y otra vez— conseguir liberar nuestro tiempo para Dios?

—Señor Dios, Tú eres el autor del tiempo; Tú me has bendecido concediéndome un tiempo para administrarlo sirviéndote. Haz que de verdad "mi tiempo" sea "tu tiempo".